La canción que necesitas escuchar en momentos de desolación

Catholic-Link, Español

Hace unos días se estrenó el videoclip de la canción «Vuelve a soñar», un temazo del grupo musical «Riosquad», perteneciente al disco «La revelazion 2» lanzado en 2019.

Muchos conocíamos la trayectoria de este gran grupo musical integrado por dos jóvenes que evangelizan en la música desde los Estados Unidos, pero el reciente estreno nos ha vuelto a hacer reflexionar en todas las personas que sufren en silencio por diversas razones.

La soledad, la depresión, el estar lejos de la familia, el sentirse decepcionado de los demás, la reciente pandemia de COVID-19 que parece no terminar, las noticias internaciones que auguran un futuro oscuro y sin vuelta atrás, etc. Son tantas las razones que pueden hacernos decaer anímicamente e incluso en la fe. ¡Cuántas personas últimamente en crisis por todo lo que ocurre! Y es cierto, hay motivos para preocuparse, pero la verdadera pregunta es ¿qué hacer para superarlo? Aquí es donde «Riosquad» nos regala seis grandes lecciones que pueden ayudarnos a todos a salir delante de nuestro momento difícil.

1. «Aunque el mundo te diga que no vales nada, que a nadie le importas ya, eso no es verdad…»

«…hoy te quiero decir que tú eres uno más. Mira tú eres especial, ¡vamos! vuelve a soñar». Tú eres importante para Dios, tanto así, que ha querido dar su vida por ti.

Tú estás considerado dentro del plan de Salvación, no eres un número más, no eres una criatura más por ahí dando vueltas, eres hijo de Dios y le importas.

El papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud de 2016 resumía muy bien este punto:

«Dios nos ama tal como somos, y no hay pecado, defecto o error que lo haga cambiar de idea. Para Jesús —nos lo muestra el Evangelio—, nadie es inferior y distante, nadie es insignificante, sino que todos somos predilectos e importantes: ¡Tú eres importante! Y Dios cuenta contigo por lo que eres, no por lo que tienes: ante él, nada vale la ropa que llevas o el teléfono móvil que utiliza. No le importa si vas a la moda, le importas tú, tal como eres. A sus ojos, vales, y lo que vales no tiene precio».

¿Qué más podemos pedir? Ante los ojos de Dios tenemos un valor inmenso, puede que a las personas no le interesemos mucho, pero a Dios sí que le interesamos.

Somos únicos, irrepetibles, diversos entre nosotros, con talentos y dones. Como bien decía San Francisco: «Lo que soy ante los ojos de Dios, eso soy y nada más», y si soy grande a los ojos de Dios, ¿qué más puedo pedir?

«Puesto que eres precioso a mis ojos y te he honrado, y Yo te amo… No temas que yo estoy contigo»

Isaías 43:4

2. «Hoy te digo que Dios comienza donde tú terminas»

«…que no importan los problemas, Él está en tu esquina peleando tu batalla, peleando por tu vida y lo que tiene para ti ni te lo imaginas».

Donde tu debilidad se pone de manifiesto, allí es donde se muestra el poder de DiosTodos los problemas que tienes son nada al lado del amor de Cristo.

Él pelea tu batalla, allí está, codo a codo luchando por ti. Te acompaña cuando quieres vencer una tentación o un vicio, te ayuda, carga contigo la cruz hacia el monte. Esa es una promesa de Jesús, no es cuento chino, esas palabras del Señor: «Sepan que Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20) son reales.

Dios tiene para ti un mundo lleno de bendiciones, y es que cuando uno sigue el camino del Señor todo se va acomodando. Quizá la vida cristiana no esté exenta de dificultades, siempre hay algo por qué luchar, pero jamás te sentirás solo a su lado.

Hay muchísimos testimonios, es cosa de leer la vida de los santos para ver que uno no se equivoca si elige ir de la mano de Dios. Él tiene grandes planes para nuestra vida, sueña con nosotros, nos sueña santos.

Nos ama tanto que tiene una paciencia infinita, y como quiere que todos nos salvemos, nos espera sin cansancio. ¿Y tú? ¿Te atreves a seguir a Jesús definitivamente?

«Sean fuertes y valientes. No teman ni se acobarden ante el rey de Asiria ni ante toda la muchedumbre que le acompaña. Con nosotros hay alguien más grande que ellos. Con ellos está un brazo de carne, con nosotros el Señor, nuestro Dios, que nos ayudará y luchará con nosotros»

(2 Crónicas 32:7-8)

3. «Así que no te rindas, vuelve a soñar que la vida es linda, tú vas a volar»

«…Lo que Dios tiene destinado no te lo pueden robar, no importa lo que el mundo diga, tú eres más que especial». A los cristianos nos toca muchas veces ir contracorriente.

El mundo no está hecho para que el mensaje de Jesús sea recibido siempre con los brazos abiertos, podemos encontrar incomprensión y desaliento.

Sigue adelante a pesar de todo, que las contrariedades no te quiten energía en tu vida junto a Dios. Tú puedes salir adelante con su fuerza.

Además, estamos invitados a soñar a lo grande. Un católico que no sueña a lo grande está dormido, debemos soñar con cosas que parezcan imposibles, con un mundo diverso, con construir la paz y la fraternidad por doquier.

Con transformar la vida de mi familia y volverlos a Jesús, con alcanzar grandes metas. ¡Sueña en grande! Como san José, que en el sueño fue donde Dios le hablaba. No conocemos pasaje en la Biblia que diga que a José se le apareció un ángel cuando estaba trabajando o caminando, siempre Dios se le comunicó en sueños.

A nosotros también no habla a través de nuestros sueños. El papa Francisco le decía a los jóvenes de Macedonia en 2019:

«Uno de los principales problemas de la actualidad y de tantos jóvenes es que han perdido la capacidad de soñar. Ni mucho ni poco, no sueñan. Y cuando una persona no sueña, cuando un joven no sueña, ese espacio es ocupado por el lamento y la resignación o la tristeza… Y vosotros, jóvenes, debéis de soñar en grande».

¡Sueña en grande, en llegar lejos, en ser santo!

«Goza, joven, de tu juventud y que tu corazón te haga feliz durante los días de tu mocedad. Sigue los caminos de tu corazón y la mirada de tus ojos… Quita el sufrimiento de tu corazón y aparta el mal de tu carne»

(Eclesiastés 11:9-10)

4. «Hoy te quiero yo decir: no te des por vencido…»

«…sé que estás cansado y más que todo abatido. Déjame ayudarte, tu pasado me ha conmovido. Te presento a alguien, Jesús mi amigo».

A veces podemos estar hartos de todo, el cansancio puede ir mellando nuestra relación con Dios hasta el punto de querer dejarlo todo tirado.

No nos sentimos con la fuerza para salir adelante, pero es justamente en ese momento donde podemos resurgir. Cuando tocamos fondo es cuando más necesitamos de Dios, cuando más unidos a Él tenemos que estar.

Tocar fondo nos ayuda a tomar impulso para volver a la superficie. El salmo 69 deja plasmado este sentimiento:

«Sálvame, Dios mío, que las aguas me llegan hasta el cuello. Estoy hundido en un fango profundo, no puedo apoyar el pie, he llegado a las profundidades del agua, me arrastra la corriente» (vv. 2-3).

Hasta los personajes más famosos de la Biblia han vivido estos momentos difíciles, donde creían que todo acabaría. Allí fue donde volvieron a ver el rostro amoroso de Dios que les invitaba a seguirlo.

¡No tengas miedo de seguir a Jesús! Él no pide nada y lo da todo (cf. Benedicto XVI). Es una amistad realmente sincera, donde no hay intereses ni deudas, la amistad con Jesús es lo más bello que puedes experimentar en esta tierra.

¡Atrévete a descubrirlo!

«Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré. Lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas, porque mi yugo es suave y mi carga es ligera»

(Mateo 11:28-30)

5. «A Él no le importa lo que tú has pasado…»

«…y está dispuesto a ayudarte porque de ti está preocupado. Yo sé que es difícil, te veo agotado, pero Jesús está dispuesto a restaurar lo afectado».

A Jesús no le importa tu historia de pecado, a Él lo que le importa es que te arrepientas de tu vida pasada y comiences una vida nueva.

Piensa en la parábola del hijo pródigo, aquel joven que pidió la parte de su herencia y la malgastó en fiestas y mundanidades. Al verse sin nada decidió volver a la casa de su padre para ver si le daba trabajo a cambio de comida, pero grande fue su sorpresa cuando su papá le recibió con un abrazo y le daba besos. Y más aún, mandó matar un animal para hacer fiesta y celebrar su regreso.

Así mismo actúa Dios con nosotros, está en la puerta de tu casa esperando tu retorno, día tras día. No se cansa de esperarte porque eres su hijo, y por muy mal que te hayas portado, siempre será tu Padre y estará contigo. Todo ese cansancio que traes encima, todas esas fatigas, todo ese pecado puede ser restaurado por Jesús. De hecho, Él quiere restaurarte, quiere transformarte todo entero en un hombre nuevo.

Cambiar ese corazón de piedra en un corazón de carne, quitar vicios y forjar virtudes, sanar tus heridas y darte la salud. ¿Estás dispuesto a responder a este llamado y dejarte transformar por Jesús? ¡Anímate!

«Por tanto, como elegidos de Dios, santos y amados, revístanse de entrañas de misericordia, de bondad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia. Sobrellévense mutuamente y perdónense… sobre todo revístanse con la caridad, que es el vínculo de la perfección»

(Colosenses 3:12-14)

6. «Yo he puesto mi esperanza en el Señor, yo espero en el Dios de mi salvación…»

«…mi Dios me escuchará. No importa lo que tú estés pasando, confiamos en un Dios que lo puede todo ¡Ánimo! ¡No te des por vencido!».

Al final de la vida lo que único que importa es lo que Dios ha hecho por nosotros y lo que nosotros hemos hecho por Él y por nuestros hermanos. Nuestra esperanza está en Jesús. Pueden venir tormentas, oscuridades y desalientos, pero nada de eso podrá derribarme si yo estoy con el Señor. Nada puede romper mi unión con el Señor que se va consolidando día a día en pequeños detalles de amor.

Ten la certeza de que caminando con Jesús jamás te sentirás solo, tendrás la fuerza para luchar y serás completamente feliz. Descúbrete a ti mismo a través del Señor, deja que Él ilumine tu oscuridad, que limpie tus suciedades, que sane tus heridas y rompa las cadenas que te atan al pecado.

En Él confiamos, Él es nuestra esperanza. El papa Francisco en la Audiencia General del 20 de septiembre de 2017 decía:

«No pienses nunca que tu lucha aquí abajo es del todo inútil. Al final de la existencia no nos espera el naufragio: en nosotros palpita una semilla absoluta. Dios no defrauda: si ha puesto una esperanza en nuestros corazones, no quiere destruirla con frustraciones continuas. Todo nace para florecer en una eterna primavera. Dios también nos hizo para florecer. Recuerdo ese diálogo cuando el roble pidió al almendro: «Háblame de Dios». Y el almendro floreció».

«Pero yo miraré al Señor, esperaré en Dios mi salvador; mi Dios me escuchará. No te alegres a mi costa, enemiga mía: si caí, me levantaré. Si me siento en tinieblas, el Señor es mi luz»

(Miqueas 7:7-8)

Te invito a escuchar «Vuelve a soñar» de «Riosquad» y a recomendarla a todas las personas que se sienten solas, desalentadas y decaídas.

Esta canción nos recuerda cuán grande es el poder de Dios en aquél que lo deja actuar y cuán grande es también la comunión entre nosotros, ayudándonos y dándonos esperanza continuamente. ¡Ánimo! ¡Dios está contigo!


Imagen de ACPlay

Entrada anterior
¿Cómo ser un auténtico cristiano en tiempos de crisis?
Entrada siguiente
7 consejos para dejar la pornografía y optar por el amor

Some text

Parte de la Familia