Dice el libro de Job que «Dios habla de muchas formas aunque no nos demos cuenta» (Job 33, 14). Esto se repite una y otra vez a lo largo de la vida: en un acontecimiento, en las palabras de un religioso, en una homilía dominical, en una oración, etc. También sucede, y con mucha mayor fuerza, cuando leemos la Palabra de Dios. Allí nos habla Dios, nos ilumina y nos invita a reconducir nuestra vida. Siempre con algo nuevo. Para nosotros, los consagrados, la Palabra de Dios es parte fundamental de nuestra jornada diaria; allí encontramos luz, ayuda, consuelo y orientaciones para vivir con más entrega nuestra vocación.
1. Busca la pobreza de espíritu

2. Ofrece sus aflicciones a Dios

3. Quiere ser más humilde

4. Se sacia solo en Dios

5. Transmite la misericordia de Dios

6. Cultiva un corazón limpio

7. Es constructor de paz

8. Anuncia a Cristo siempre

9. Viven en la verdad sin temor
